La guerra reactivada entre Israel e Irán motivó que el gobierno ruso interviniera nuevamente con un mensaje de pacificación; cuando casi en simultáneo Donald Trump, informaba que se tomaría un par de semanas para decidir la intervención directa de los EEUU contra Irán.
Situación que recuerda a la escena previa al inicio de la confrontación de Rusia con Ucrania por la avanzada de la OTAN para instalar escudos misilísticos apuntado a ese país.
En este caso el gobierno que encabeza Vladimir Putin, lo hizo a través de Maria Zajárova, encargada de informar sobre la exigencia al gobierno israelí de detener de manera inmediata las acciones bélicas.
Reclamo formulado por la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, tras los ataques a infraestructuras nucleares fiscalizadas por la Agencia Internacional de Energía Atómica. La funcionaria advirtió “Nos preocupa especialmente la seguridad de la central nuclear de Bushehr, donde trabajan especialistas rusos. La reacción dura de los países del mundo ante los ataques israelíes en territorio iraní, incluyendo infraestructura nuclear y energética, así como los resultados de la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU del 13 de junio y la sesión especial de la Junta de Gobernadores del OIEA del 16 de junio, reflejan el rechazo generalizado al rumbo de la confrontación y las acciones destructivas del liderazgo israelí”.
Respecto de la central nuclear “Bushehr” ubicada al suroeste en el Golfo Pérsico, dichas instalaciones fueron visitadas por el ex presidente de Irán Hasán Rohani, que denunció una acción sicológica; y además, aseguró la inexistencia de ataques al espacio de alto riesgo para el medio ambiente en caso de perpetrarse acciones destructivas de parte de Israel.
La aclaración devino de la versión del gobierno de Netanyahu afirmando que se había concretado un ataque, aunque luego fue desmentida por la misma fuente reconociendo un mensaje erróneo.
