La idea de imponer a las Fuerzas Armadas en “las fronteras” del país vuelve a ser ensayo ideológico y político para amedrentar a cuanto se le ocurra reclamar por los efectos del ajuste deshumanizado y no cometiendo delitos; so pretexto de seguridad ante posibles delitos infraganti. El lector puede decir que el ministro habla de las fronteras, pero quién garantiza que no trasladen esas fuerzas a zonas urbanas como en parte ya lo ha ordenado Bullrich para castigar a los más desvalidos, tal el caso de los jubilados.
Tema que hasta el recientemente fallecido, Papa Francisco; comentó como un hecho aberrante y criticable. Incluso Milei mediante usando un decreto ya había considerado en diciembre de 2024, concretar lo que ahora se reflota en un clima menos equilibrado por las crecientes necesidades provocadas por las políticas de gestión libertaria.
Ahora se supo que el gobierno avanza en el tema soslayando que en todo caso, está la Gendarmería y la Prefectura pero sin aplicar métodos violentos cual estado de guerra o similar.
A todo esto nos preguntamos qué hará la policía federal o la de la capital, e incluso la de las provincias si es que por ejemplo, el ejército se instala en alguna ciudad sin que exista un clima que lo justifique en el marco del Estado de Derecho.
.En el medio de la situación el ministro Petri, confirmó la puesta en marcha a la brevedad, según lo que fuera un documento reservado cuyo contenido se habría filtrado. El funcionario a través de “X” alegó luego que “La ley autoriza a las Fuerzas Armadas a reforzar el control de fronteras. La posibilidad de detención en flagrancias está prevista en todos los Códigos procesales de las provincias y la nación. Solo el sesgo ideológico canceló y maniató a nuestras fuerzas. Todos los países limítrofes con Argentina usan a sus fuerzas armadas para el control y vigilancia de sus fronteras, EEUU lo acaba de anunciar en enero, por qué acá algunos se escandalizan?”.
El presidente de la Nación y los integrantes de su gabinete, parecen no tener en cuenta el pasado tremendo en tiempos de militarización del país. ¿Será así, o la idea es llegar a esos extremos cuando las políticas empujen al borde del abismo a la mayoría? La que podría repetir hechos como los de 2001 cuando otra escena similar agobió en extremo a la sociedad?
Ya hubo voces de advertencia en este sentido pero por lo visto no son tenidas en cuenta ya que el propio Petri justificó la decisión política, alegando que es por la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Para este último
