¿Existen las condiciones para que las empresas argentinas sean competitivas?
Fue la “idea fuerza” expuesta por Abbigail Dressel, en su carácter de encargada de negocios de los Estados Unidos de Norteamérica en Argentina.
La funcionaria que responde a los intereses del gobierno que encabeza Donald Trump y no reviste condición de samaritana; aseguró al exponer el foro de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham), que “Ustedes son nuestros socios en mantener los lazos entre nuestros países y nos ayudan a profundizar los vínculos comerciales y de inversión”.
Además agregó en beneficio de la gestión de Javier Milei que acuerda la “experiencia como parte de un dialogo continuo que nos permite entender los logros y los desafíos”. Sobre este aspecto no aportó ejemplos y de allí que queda como una expresión de deseos, citando para los empresarios presentes, que “Las puertas de la embajada están abiertas para ustedes, quisiéramos escucharles, entender sus perspectivas, la promoción de lo comercial entre nuestros países es una alta prioridad para nosotros. Una relación importante y activa en temas como defensa, seguridad, incluyendo la ciberseguridad, el comercio espacial y la implementación de buenas prácticas regulatorias”.
En realidad esto de la regulación no es lo que Trump destaca cuando decide con criterio despojado de toda atadura atropellando derechos internos e internacionales, con amenazas y decisiones en casos anti humanitarias.
Además la prueba irrefutable de la intolerancia a la convivencia mundial, fue la avanzada sobre las importaciones de los EEUU, aplicando gravámenes exagerados que despertaron reacciones similares de otros países y sobre todo, despertaron firmes críticas y reclamos de marcha atrás, de grandes empresarios relacionados comercialmente con los EEUU y otras naciones que mantienen relaciones productivas y comerciales de gran porte.