Lejana provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Sur, es motivo de renovado ataque a un modelo establecido con fines estratégicos que incluso, van más allá de las sedes de armado de artefactos electrónicos. La presencia de la sociedad organizada en esa provincia es parte de la garantía de custodia de la soberanía territorial. Un tema que al parecer el presidente Milei y sus funcionarios actuantes en el tema, tal el caso de Federico Sturzenegger; no tienen en cuenta.
Recordemos a Patricia Bullrich diciendo en abril de 2023, “Pfizer no pidió los hielos continentales, ni las Islas Malvinas, bueno, las Islas Malvinas se las podríamos haber dado”. Ejemplo previo a lo que ahora puede provocar la pérdida de miles de puestos de trabajo y el posible éxodo por falta de esa oferta; por la importación de móviles celulares libre de cargas impositivas. Una competencia que a decir de los trabajadores de la zona, es imposible de mantener vigente y pondría en riesgo de cierre a diversas empresas. Consecuencia la pérdida de fuentes de trabajo y las consecuencias propias de la falta de multirubros industriales o comerciales.
Recordemos que la dirigencia de la UOM convocó a un paro por tiempo indeterminado que fue acatado por la gran mayoría de los trabajadores. En simultáneo Sturzenegger y Espert expresaron opiniones y sugerencias consideradas cínicas y en casos absurdas, invocando cambios relacionados con la actividad turística como reemplazante de los criticados galpones que afectan la visión de la naturaleza de la provincia. La situación motivó que el gobernador Gustavo Melella, expresara su rechazo a la materialización de los dichos de la medida del gobierno nacional, advirtiendo la reserva de iniciar acciones legales, en defensa de la situación industrial amenazada y las fuentes laborales. Sobre el tema Melella aclaró “La verdad es que a mí no me gusta que nos digan que tenemos que ser un parque de diversiones. Hablan de Tierra del fuego como si fuera sólo Ushuaia. Ni siquiera saben que hay otras localidades, que hay todo un abanico productivo, y lo hacen desde una lógica porteña de darle un caramelo a un sector de la Argentina que se cree que Tierra del Fuego es la madre de todos los problemas de nuestro país”.
Asimismo explicó que “Son puestos de trabajo que se pierden y ya lo vivimos en la época de Macri cuando se hizo de la misma manera con el famoso tema de las deudas. Algunos que dicen que esto es competencia es mentira, te destruye, destruye el empleo y perdimos muchísimos puestos de trabajo y ese puesto de trabajo del de la fábrica que es un vecino más va a perjudicar al taxista, al remisero, al quiosquero, al almacenero, al que vende una pizza o al que tiene una cabaña en Tolhuin para el fin de semana. Esto nos toca a todos. Desde la provincia vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para dar vuelta esta mirada del gobierno nacional y estas decisiones y acciones”.
Respecto de la medida de acción directa el mandatario provincial aseguró que “En esto hay que estar juntos y nosotros vamos a acompañar a los trabajadores. Nosotros no acompañamos empresarios, nosotros acompañamos a los trabajadores pero en este caso hay que defender la industria y haremos todas las acciones que estén a nuestro alcance”.
Desde el sector sindical (UOM), Oscar Martínez, advirtiendo la puesta en riesgo de casi 7000 puestos de trabajo, advirtió que “Volveremos a las plantas cuando encontremos una solución porque aquí lo que está a la vista es que a fines del corriente año finalizaría la producción en las industrias metalúrgicas de la provincia. Desde el inicio de la gestión de este gobierno sabíamos que las políticas neoliberales traen como consecuencias la destrucción de la industria nacional. Producto de este nuevo acuerdo con el FMI incluso la decisión de ajustar sobre el subrégimen de Tierra del Fuego nos viene a complicar la vida. Las primeras reuniones empezaron el día domingo, hubo encuentros importantes con funcionarios nacionales. Hasta la madrugada del martes donde se habían logrados cambios, pero después en el anuncio del vocero se dio por tierra a esto y la situación cambió”.
El antecedente da cuenta que el vocero/candidato Adorni había anunciado, como si fuera un tema importante para su candidatura; la quita de cargas impositivas a la importación de teléfonos celulares.
A ello Sturzenegger de manera casi ofensiva dijo que podrían convertir a Tierra del Fuego en un parque de diversiones para el turismo internacional. Además refirió que la medida podría “reducir algunos empleos en la isla”, pero será “un beneficio de productos más baratos para 47 millones de argentinos, lo que generará dinero extra en el bolsillo. Ese gasto adicional creará mucho más empleo que los que se pierden, porque el ensamblaje es una actividad poco intensiva en el uso de mano de obra. El régimen de promoción industrial instaurado en los años 70 impidió el desarrollo de otras potencialidades económicas de la región. Yo pienso que su efecto es devastador. Tierra del Fuego podría ser Nueva Zelandia. En realidad mucho más que Nueva Zelanda, porque es la puerta al destino turístico con mayor potencial del mundo que es la Antártida. Pero tiene de todo: navegación, trekking, glaciares, esquí en contra temporada. Debería ser un parque de diversiones mundial que reciba millones de turistas al año. En pocos años debería converger a niveles de ingreso europeos”. ¿Y qué hacemos? Le degradamos el paisaje con galpones industriales”.
Un relato con pretendidos fines explicativos ajenos a las realidades sociales y comerciales, basado en el criterio mercantilista que sería imposible de desarrollar de inmediato para evitar la catástrofe social. Además en el marco de las restricciones impuestas por el gobierno que integra este funcionario, resultaría imposible desarrollar semejante ocurrencia por la falta de recursos económicos negados a las provincias. Ya se sabe que el empresariado en este tipo de desarrollos no invierte si desde el Estado no se invierte en la infraestructura necesaria. Un panorama que puede generar un estado de situación de caótico frente a lo que significaría el cierre de fuentes laborales. Otra de las presunciones es lo que hacen generalmente los grandes empresarios, que no dudan en cerrar plantas industriales y dedicarse a la importación para comercializar los productos elaborados en el exterior.
