Mientras que el proceso pre electoral exhibe encuestas diversas de las que Santoro está ubicado en primer lugar, algo cómodo, con Lospennato y Adorni chocando entre sí por el segundo lugar, en la sede principal del PRO, la capital del país; Jorge Macri critica a su antecesor y colaborador de otrora; Rodríguez Larreta. Lo acusa al ex jefe de gobierno de traidor al PRO y es poco lo que puede sostener mencionando ese sello partidario.
Su jefe Mauricio Macri, si bien cada tanto ensaya una oposición a Milei, no deja de enviar mensajes atemperantes en busca de una asociación con LLA, que para él, según su estilo, tienen un fin claro que es el hacer grandes negocios con el Estad. Aunque cada tanto los Macri, los Milei y los Caputo y los Sturzenegger, entre otros, nieguen la organización imprescindible para el desarrollo del gran país que siguen destruyendo. La cosa viene de familia si recordamos a su padre Franco, generador de parte de la fortuna de esa rama sin olvidar que la esposa del extinto, tiene prosapia ganadera importante.
Y si se habla de grandes negocios, destaco uno de los ilegales que fuera la venta de automóviles al Uruguay de manera no santa. El Estado es el mejor negocio que disfrutaron estas familias que sin embargo, lo niegan en realidad, para disimular su voracidad y oportunismo. No obstante la capital federal tuvo gobiernos neo liberales por cerca de los 20 años y hoy llegan a la conclusión de que hay mucho cemento y olor a pis”.
Mientras la derecha se subdivide por las obvias apetencias individualistas, pareciera que el peronismo local ha puesto los pies en la tierra y podría convertirse en la alternativa principal de las elecciones porteñas, que muestra claramente como los supuestos anti casta, se comportan peor que sus señalados, y que a esta altura, han engrosado las filas de los especuladores y liquidadores del patrimonio ciudadano.
De todos modos, esa jurisdicción tiene una reserva que bien se puede calificar de conservadora y eso, podría transformarse en un filtro para lo que se perfila como un cambio impensado, sobre todo para los neoliberales que están haciendo política en el nivel inferior y de hecho degradante para esa ciencia social.