Señalan al Papa muerto, lo relacionan con el peronismo, acusándolo de anti occidental y anti liberal, según un tal Loris Zanatta, cuyo apellido recuerda la sanata, camelo, verso y la mentira en la versión. Muerto el Papa se esmeran en relacionar a Francisco con una corriente política que en sus principios incluye el humanismo. El que incluyen las máximas del peronismo. Eso no habla mal de la plataforma y menos ante el individualismo anti social y segregacionista.
Dicen que los hipócritas se colgaron de la sotana del otrora Bergoglio. La periodista Cristina y su colega Luis enlodan la concepción copiando al de la sanata repitiendo no ser hipócritas colgados del mensaje político publicado en el diario La Nación, sumando su odio anti popular.
Al Papa no hay que colgarle carteles políticos y los que lo hacen, son adversos al pontífice que el presidente Milei ofendió con irrepetibles calificativos inmerecidos, y ofensivos para los creyentes católicos. Los cobardes desde lejos se hacen los valientes y luego, se arrodillan pidiendo perdón. Lo de las rodillas es simbólico pero ante Trump fue y es un acto de entrega personal y de lo ajeno que sólo deben administrar, no dilapidar ni enajenar con un cepo centenario como mínimo, a todo el pueblo argentino.
Repiten lo peor de la historia en materia económica y la dependencia que el Papa criticara en su mensaje universal. No hay que ser católico pero tampoco fanático para estas salvedades con las que una vez más intentan desviar la realidad hacia el cadalso político. La preocupación de estos voceros por el complicado con la ilegalidad, usó una foto con el Papa del mismo modo que las usaron respectivamente los dirigentes y presidentes que fueron al Vaticano.
Unos lo hicieron en la fe y otros en el oportunismo que ven en terceros y disimulan en lo personal. La bajeza humana desafía lo más elevado de la religión. La que usaran para asesinar en las guerras en nombre de un dios que según los libros no conjugaba cercanía con los mercaderes de la vida humana. Diferencia que señala donde se paran los/las especuladores/as, cobardes y miserables que atacan a un muerto por orden de la mala calaña.