“La plata no alcanza” es un estribillo escuchado en entrevistas callejeras con las que lamentan la crisis que ataca los bolsillos, generando necesidades más que injustas. Cuando falta el efectivo la desesperanza crece y el estado de ánimo se altera rumbo a la violencia. Lo vemos a diario en la calle de cualquier ciudad, en el tránsito vehicular, en el clima entre los legisladores en el Congreso Nacional, y de manera destacada en los discursos del presidente Javier Milei. La persona despojada de recursos no tiene alternativas inmediatas de superar su crisis cuando no hay trabajo. Y aquel que sí cuenta con ello, padece la inestabilidad laboral en aumento. Quedan los trabajadores con estabilidad aunque amenazados con despidos también en aumento. Aspectos sociales de cuidado que se incluyen en los textos de acuerdos financieros con el FMI, tal el caso de Argentina o de los más recientes de Egipto, Ucrania o Ecuador; que no se cumplen. La prueba de variados ejemplos son el ajuste y las restricciones aplicadas por el gobierno nacional que desespera por recibir nuevo préstamo del FMI, sin desarrollar producción y consumo, aumentando la deuda interna y externa. Esto es lo más preocupante y lo más negado por Milei y Luis Caputo con inocultable falsedad ideológica. ¿Cómo te va a alcanzar la plata si la política económica impuesta lo impide? Desequilibrio entre ingresos y egresos es lo corriente para trabajadores, consumidores y para el país. La sociedad perdió pesos y poder adquisitivo por efecto del empobrecimiento salarial y los aumentos liberados por los que generan gasto millonario para frenar un dólar que de frío no tiene nada; y nos recuerda que puede estallar cargándose la macro y la micro economía, mientras que los libretos se conviertan en la materia fecal con que Milei, calificó al Peso argentino. El que destruyó para mostrar números de una inflación que persiste, pero dolarizada.